Llega agosto y las marcas empapelan la ciudad promocionando
juguetes bajo la consigna “día de la niñez”. En la vorágine del festejo y del
regalo, comedores que mueven montañas para que todes les niñes reciban su
regalo ese día, payasos que van a las plazas a llevar sonrisas, y otras mil
actividades valiosas nos quedamos sin tiempo para reflexionar ¿qué es ser une
niñe? ¿qué estamos festejando?
Lo primero que nos surge pensar es que no es una sola niñez:
se trata de niñeces. No es lo mismo ser une niñe un barrio popular en
Latinoamérica que une niñe de clase media en Suecia. Las vivencias,
necesidades, situaciones van a ser diversas. No hay que irse tan lejos para
encontrar diferencias. Es por eso que la participación y la escucha de lo que
tiene para decir sobre sus situaciones particulares es importante. No todes les
niñes son iguales.
Por otro lado, históricamente la niñez siempre se vinculó a
la falta. Infancia etimológicamente significa “el que no habla”. Las palabras
no son inocentes ¿Qué nos dice esto de conceptos que arrastramos sobre les
niñes? En principio, que venimos de años en donde se construyo la figura del
niñe como un proyecto de adulto como un ser inferior que solo va tener voz
“cuando sea grande”. Muchas veces se dice a les jóvenes y les niñes que “son el
futuro” pero ¿son solo eso? ¿solo el futuro? ¿y el presente? Podriamos preguntales qué quieren ser ahora y
no solo cuando crezcan.
Este modelo en el que vivimos en donde se pone en el centro
la palabra del adulto y se desvaloriza la de les niñes, les jóvenes y la
tercera edad se llama adultocentrismo. Muchos profesionales y organizaciones
sociales (Santiago Morales, Gabriela Magistris, Organización Miguelito Pepe,
Claudio Duarte Quapper, entre otres) están trabajando para desarmarlo, incluso
algunos programas del estado están invitando a les niñes a participar de
consejos consultivos en políticas locales, pero aún queda un largo camino por
recorrer.
Todes podemos colaborar para desarmar el adultocentrismo
esto implica sobretodo: escuchar. Validar la palabra del niñe. Si hay reglas
explicarles la razón esas reglas que no sean arbitrarías. Invitarlos a
participar progresivamente de las decisiones de la casa. A decidir se aprende
decidiendo, ir de a poco, que puedan empezar a decidir en cuestiones que los
involucren sin abrumarlos. Este es trabajo de todes no solo del estado es algo
cultural en donde podemos aportar como educadores , padres, madres, tíos,
abuelos y referentes de organizaciones.